¿De qué sirve un Sistema de Gestión de Calidad si las personas no creen en él?

Sabemos que las empresas del sector manufacturero, energético, construcción y de servicios  que buscan posicionarse como los mejores en el mercado, deben desarrollar su estrategia de ventaja competitiva, que incluye principalmente la calidad de sus productos y servicios. Para ello, existen una serie de normas que ayudan a las empresas a gestionar sus procesos para el mejoramiento de sus productos y servicios.  Una de ellas es la ISO 9001:2015 Sistema de Gestión de Calidad.

Sin embargo, para implementar un sistema de gestión de calidad es necesario tener una cultura organizacional que promueva el compromiso con la calidad para que el sistema funcione y se sostenga en el tiempo. No es de extrañarse que los siete principios de aplicación de dicha norma sean: el enfoque al cliente, el liderazgo, el compromiso de las personas, el enfoque basado en procesos, la mejora de productos y servicios, la toma de decisiones basadas en la evidencia y la gestión de las relaciones.

La mayoría de estos principios de aplicación implican un cambio o alienación cultural. Esto significa que los valores, creencias y comportamientos de las personas deben alinearse con los principios de mejora continua, enfoque al cliente y cumplimiento de requisitos. John Kotter decía que “La eficacia de una organización depende en gran medida de sus técnicas de gestión del cambio”. Un cambio que debe ser orientado a la mejora continua de toda la organización, incluye procesos, productos y servicios, colaboradores, valores y principios.

A continuación, podemos entender cómo una cultura organizacional sólida se alinea con los principios de aplicación de un sistema de gestión de calidad:

– Facilita la implementación de ISO 9001, porque fomenta la disciplina, el trabajo en equipo, la comunicación abierta y la orientación a resultados.

– Asegura la sostenibilidad del sistema, ya que las personas internalizan los principios y no dependen de controles externos.

– Potencia la mejora continua, un principio clave de la norma.

La cultura organizacional funciona como la base fundamental sobre la cual se implementan las iniciativas de gestión en las organizaciones. Si se cultivan adecuadamente sus componentes clave —como el liderazgo coherente, la comunicación efectiva, los sistemas de reconocimiento y los valores compartidos—, es posible sostener en el tiempo prácticas de calidad, mejora continua, innovación, seguridad y sostenibilidad. Una cultura organizacional bien alineada no solo permite que estas iniciativas prosperen, sino que las convierte en parte del ADN de la empresa. Porque al final, no se trata solo de mejorar procesos, sino de transformar mentalidades para avanzar de forma consistente hacia el alto desempeño.

 

Regina Azeñas

Ing. Ambiental

HSE e ISo9001